Cuidado para nuestras joyas
1. Es importante limpiar tus joyas con regularidad
Pasos para limpiar tus joyas:
- Prepara una mezcla de jabón líquido de lavar los platos y agua caliente (tibia para limpiar esmeraldas, aguamarinas y morganitas)
- Utiliza un cepillo de dientes de cerdas suaves para evitar rayar la pieza. Límpiala con movimientos ligeros y circulares.
- Sumerge la pieza en el agua a medida que vayas limpiando y salga la suciedad.
- Finalizada la limpieza, seca la joya con un paño de algodón limpio y seco.
- Guarda tus joyas siempre por separado, a poder ser, en su propia caja o estuche. De esta forma te asegurarás de que la joya esté protegida lo que evitará su deterioro y que puedan rayarse o estropearse al entrar en contacto unas con otras.
- Evita en la medida de lo posible que entren en contacto con productos corrosivos en spray, perfumes, cosméticos o cremas que puedan dejar residuos o crear abrasiones.
- Evitar el contacto del cloro y productos de limpieza doméstica. Los productos de limpieza tienen químicos que pueden dañar el brillo e integridad del oro.
- Si vas a hacer deporte, deja tus joyas en casa. El sudor es ácido y puede dañar el oro. Además evitarás golpes que dañen el oro o debiliten los engastes, que a la larga podrían hacer que se pierdan las piedras.
- Si tus joyas se han estropeado, llevarlas a pulir te permitirá acabar con posibles arañazos que se hayan producido sobre la superficie. El pulido retira una fina capa de oro inapreciable a la vista, pero que permitirá eliminar los arañazos y marcas más visibles.
- Ten cuidado con las perlas. Las perlas son especialmente sensibles al contacto con químicos. Póntelas siempre una vez hayas acabado de ponerte productos en spray, perfumes y maquillaje y no se pueden sumergir en agua jabonosa.